Para tener una buena
forma deportiva hay tres factores que son fundamentales encontrar en un
deportista que se encamine al éxito que trataremos a lo largo del presente
ensayo sin intentar sobrevalorar o subvalorar ninguno de los temas tratados, ya
que considero que todos tienen la misma relevancia.
1. La genética: El doctor Per-olof, afirma que que la persona que deseará convertirse en
campeón olímpico, tenía que tener mucho cuidado a la hora de escoger a sus
padres (Gómez, 2013). (Bouchard, Malina, & Pérusse, 1997;
Lorenzo, 2003; Epstein, 2014): la primera sostiene que ser un campeón deportivo
se encuentra implícito en la genética de cada persona; la predominancia de unos
determinados genes en un individuo le permitiría triunfar en una modalidad
deportiva en concreto. El ADN humano está formado por 3500 genes de los cuales
200 están vinculados al rendimiento deportivo (Gómez, 2013) por lo tanto el
factor genético es un “limitante no modificable” que marca la diferencia entre
un campeón y el segundo lugar en una competición. (Gutiérrez, 2013, p.60)
. 2. Los años de práctica y entrenamiento: basar la excelencia en la práctica deportiva
únicamente en el factor genético no permitiría contemplar esta imagen en su
totalidad sino solo parcialmente (Ruiz, 1999). Poseer un potencial genético
favorable para la práctica deportiva no garantiza el éxito en ella, es necesario
un correcto desarrollo a través del entrenamiento (García et al., 2003; Arias,
2008). Por ese motivo Galton, en Horton (2012), destaca tres componentes
principales para el logro de la excelencia deportiva: capacidades innatas,
concentración y capacidad de trabajar duro.
- 3. El entrenamiento psicológico: Es
un requisito importante y necesario en toda actividad deportiva tanto que no podemos
hablar de un deportista exitoso sin tenerlo en cuenta a pesar de una buena
predisposición genética y excelente preparación técnica y física. El
entrenamiento psicológico se basa en el desarrollo mental; este a su vez para
abordarlo tenemos que tener en cuenta los factores que lo conforman, que son:
Autoconfianza: La confianza en sí mismo es vital para cualquier deportista, un deportista con una pobre confianza, nunca podrá rendir su verdadero potencial. capacidad debe estar desarrollada de tal manera que no sólo se tenga confianza, sino que pueda mantenerla o recuperarla.
Tolerancia a la frustración: importante la educación que se le ha dado de chico al deportista, mientras más acostumbrado haya estado a que le satisfagan sus caprichos y no se le haya fomentado la autonomía en sus acciones, tendrá menos tolerancia a la frustración y esto se verá reflejado en su deporte. Esto sólo se podrá cambiar con un buen entrenador, que sea consciente de esto con el apoyo y asesoramiento de un psicólogo deportivo que lo ayude a trabajar el tema con los padres.
Perseverancia: Se debe tener esta en el deporte competitivo para soportar largas, duras e intensas sesiones de entrenamiento, privaciones (alimentación, diversión, fiestas, trasnochadas, etc.) y los sinsabores de la vida competitiva en el deporte, derrotas con las que tiene que lidiar para llegar a la cima, la incertidumbre de si podrá lograr sus objetivos.
Diversión:
Los
deportistas exitosos no olvidan esto y es más,
disfrutan más que nada las situaciones mayormente
difíciles y complicadas, lo que más gozan son las situaciones extremas.
Un
atleta que no se divierta en su deporte no durará mucho en el circuito
competitivo.
Manejo
de las Emociones: el deportista no debe permitir que las emociones
negativas como el enojo, la frustración o la rabia se apoderen de él, porque eso lo único que ocasionará es sacar al deportista de la competencia, consumir
sus energías y desenfocarlo o desconcentrarlo de la labor que tiene que
realizar. se debe buscar y promover las emociones positivas.
Manejo
de los pensamientos: La mente nos habla constantemente, es por eso, que
un deportista debe educar su mente para que lo alimente de los pensamientos
adecuados. si la mente dice: "tú puedes hacerlo", se incrementará el
rendimiento, alcanzando muchas veces mayor importancia y relevancia que el
aspecto técnico. El deportista juega como piensa.
En conclusión, la forma deportiva esta
interrelacionada entre los factores mencionados anteriormente; la buena
genética no supone el éxito deportivo si no se prepara física y técnicamente el
deportista, aunque pueda ser crucial a la hora de estar entre un primer y
segundo puesto en competición teniendo en cuenta también los factores
psicológicos que acompañan la preparación deportiva.
BIBLIOGRAFÍA
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hace? SEBBM Divulgación. La ciencia al alcance de la mano, 29, 1-2
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Bouchard, C., Malina, R & Pérusse, L. (1997). Genetics
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